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Diario de Evaristo 28 de Diciembre de 2016

Me la han jugado… joder me la han jugado… ya no se que pensar, espera, espera espera, desde el principio, quiero dejar todo por escrito por si vuelvo a olvidarlo, Evaristo, no te fíes de los farmacéuticos, NO TE FÍES DE LAS BATAS BLANCAS.

Esta mañana me he dispuesto a visitar Industrias A.Z.E. me ha atendido una joven y bonita señorita, que decía ser la subdirectora de la farmacéutica, sin más preámbulos hemos pasado a su despacho, una sala impoluta, de un blanco que dormitaba el fondo de mis ojos con unas enormes letras rojas que parecían haber brotado del apuñalamiento de las entrañas del edificio.

Tras hablarme del gran mecenazgo de su familia y de la importante labor que allí se fraguaba, me ha empezado a doler fuertemente la cabeza y me han venido ciertos devenires y un pequeño pero escalofriante «dejavu» me ha recorrido desde la cabeza hasta las puntas de los dedos de los pies. La chica que me estaba hablando la he visto muerta, demacrada en esa misma sala, pero ahora está bien, intacta, viva.

Recorro con nerviosismo cada recoveco de su rostro, cada centímetro de la habitación, sus palabras golpean las paredes de mis algodonados oídos, palabras inconexas para mi cerebro, totalmente carentes de sentido y con una excusa barata del todo a cien o a un euro de éstos tiempos, me despido con un sencillo «hasta pronto, estaremos en contacto», sus pupilas abrasan mi mirada y tengo que dejar de mirarla para no quemarme los ojos, tras cerrar la puerta aún puedo escuchar como su pluma garabatea nuestro encuentro.

Vuelvo a casa, con la mirada vacía abrasándome la nuca y un pensamiento absurdo recorre mi mente. Corro hacia mi cuarto y abro la tabla suelta que yace en el suelo bajo mi cama, dejando ver el colgante de cristales, por el cuál mi amigo perdió su vida. -Río y respiro profundamente, de alivio- pues está intacto.

Tras examinarlo durante lo que se tarda en parpadear dos veces, una mano fría estruja mi corazón de un frío invernal que me encoje el alma. Ese es el jodido problema, me la han jugado joder, me la han jugado, el puñetero colgante está intacto, debería de tener uno de sus abalorios de cristal roto, yo lo rompí, o puede que no?.

Paso nervioso las hojas de mi diario y voilá, Miércoles 14 de Diciembre de 2016 >>Al abrirlo (el paquete), una nota de Fernándo envolvía un colgante de cristal, el cuál tenía uno de sus abalorios quebrado, bien por el impacto, o por el vaivén durante el viaje, quien sabe<<.

Dejo con sumo cuidado la falsa reliquia sobre mi mesita de noche, ahora se con certeza la importancia de las joyas, que Fernándo murió por defenderlas y que Industrias A.Z.E. está de algún modo que aún no logro entender conectado con la muerte de mi amigo, con el robo de las joyas y con lo que pasó en la fiesta de la familia Menéndez.

Tras cerrar el diario, me dirijo al baño y siento como mi reflejo me clava su dura mirada «estás perdido chico» parece gritarme desde el otro lado, es cuándo reparo en algo que había pasado por alto, algo que me inquieta y a la vez me aterra, mis ojos se tornan diferentes, de un tono más claro, yo diría que incluso pálidos, no te fíes de las batas blancas chico, no te fíes de las batas blancas.


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